Certificación de monedas. Segunda parte.

En esta segunda parte vamos a repasar algunos conceptos más avanzados sobre la certificación y encapsulado de monedas. Qué conviene graduar y qué no, qué problemas surgieron con el correr de los años y cómo se solucionan. Certificaciones cruzadas y algunas experiencias interesantes.

Considerando los beneficios que enumerábamos en el anterior artículo, podríamos inferir que resultaría conveniente certificar toda cuanta moneda tengamos dado que les agregaría valor económico en muchos casos por encima del costo. Sin embargo no debemos olvidar que el servicio tiene un precio bastante elevado, que oscila entre 25 y 60 dólares por moneda o billete en piezas que no excedan los 3000 dólares de valor de mercado. Por ello y con el objetivo de maximizar nuestros recursos económicos, compartiremos algunas consideraciones respecto de cómo elegir las monedas que podríamos graduar.

Tomando en consideración el costo del servicio y basándonos en un principio de proporcionalidad racional, resultaría inconveniente enviar a encapsular monedas de valor inferior a 250 dólares. Por supuesto que es un criterio subjetivo y existen coleccionistas que gradúan sus colecciones completas y eso incluye hasta monedas de valor económico nulo. Al fin y al cabo es una decisión económica y existe mucha gente para la cual eso no es un problema.

El segundo criterio al que debemos prestar atención es el estado general de la moneda. Si la misma presenta daños, reparaciones o fue limpiada en algún momento de su historia, las certificadoras, al menos las más importantes, aplican un criterio diferenciado para calificarla. En lugar de utilizar la escala de 1 a 70, solamente se limitan a consignar dos letras en la escala tradicional (F, fine, VF, very fine, XF, extremely fine, AU, almost uncirculates, MS, mint state) y luego adicionan la palabra DETAILS. Por debajo de ese grado indican cual es el motivo por el cual no se graduó de forma completa, que puede ser limpiada (Cleaned), dañada (Damage), Manipulada (Tooled), etc. El problema con este tipo de etiquetas es que muchas veces en lugar de agregarle valor a la pieza, se lo quitan. Obligan a los coleccionistas a enfrentar una verdad que con la moneda desnuda a veces prefieren omitir. Ciertamente ninguna casa de subasta o comerciante de prestigio ofrecería una moneda DETAILS, a no ser que sea de una rareza extrema que sobrepase el desprestigio de la graduación y que en todo caso baste para certificar que esa moneda es legítima.

Moneda que obtuvo resultado negativo. DETAILS por haber sido limpiada de forma inapropiaada

¿Qué se recomendamos certificar entonces? Pues bien, siempre son especialmente apreciadas las capsulas cuando verifican que la pieza en cuestión está en estado sin circular. Cuando una moneda está en estado MS, cada número que avanza de 60 hacia 70 puede multiplicar el valor de la misma exponencialmente, dado que la pirámide de piezas conocidas en esos grados se reduce notablemente. Ni hablar si logramos certificar o poseer la mejor pieza conocida. En el mercado americano existe una feroz competencia entre los coleccionistas por poder presumir la Top Graded. La información de cuantas piezas existen en cada estado es pública y se accede por el sitio web de cada certificadora. Normalmente le llaman Censo de Piezas.

En el peor de los casos, si la moneda no alcanzó el grado de sin circulación y vuelve con una etiqueta de AU, de 50 a 58, aun estaríamos entre las monedas que buscan los coleccionistas mas selectos.

Entonces ¿no conviene enviar a graduar monedas que no estén sin circular o casi? Aquí se vuelven relevantes otras preguntas. ¿Para qué certificamos y Cuándo? Normalmente los coleccionistas prefieren tener la moneda libre, o raw, como le dicen en inglés y solo se gradúan cuando existe intención de venta o canje de la misma. Y si la intención es obtener una ganancia, entonces el costo del servicio se vuelve relevante y no justificaría graduar piezas a las que no le sume un valor mínimo como para cubrir el trámite. Distinto es si graduamos porque consideramos que es una buena forma de conservación y nos gusta mantener las piezas de esa forma. Ahí no hay regla que valga.

Certificación paso a paso

Supongamos que tenemos una moneda, o un grupo, que creemos que merece la pena enviar a certificar. Elegimos por ejemplo a la empresa NGC. El primer paso es entrar al sitio y crear una cuenta. Las hay gratuitas y también suscripciones anuales de diferentes valores que ofrecen beneficios adicionales. En cualquier caso, debemos llenar un formulario de solicitud de certificación, completando alguna información requerida sobre cada pieza que se enviará a certificar.

El valor de la certificación es individual por pieza y está relacionado básicamente a dos criterios. El primero es el valor de mercado de la pieza y el segundo la velocidad con la que queremos recibir devuelta nuestra moneda. Ese plazo va de un mes a 24 hs. El precio mínimo por una certificación respetable es de USD 20 y el máximo es USD300. Pero para monedas de menos de USD 3000 de valor de mercado el promedio es USD30 y los valores altos solo corresponden a piezas excepcionales o necesidades de urgencia.

Debido al volumen de monedas que certifican, la operatoria actual es únicamente por vía postal. Se envían las monedas junto con los formularios completos a la dirección de la empresa y a partir de allí se puede hacer un seguimiento en línea de todo el proceso. Lo primero es la notificación de recepción y el chequeo de que lo que arribó coincide con lo manifestado en el formulario. Hecho esto, la orden se pone en una caja y cada moneda recibe un número de identificación que la acompañará durante todo el proceso. Ese número es la única información que acompaña la caja, garantizando el total anonimato de quién suscribió el material. Una vez en la sala de certificación, son revisadas por el experto que les asigna el grado que puede ser numérico o DETAILS. Por último nos informan por un correo el resultado del proceso y el número de seguimiento del envío de regreso.

Desde el exterior existen bastantes escollos y riesgos para poder operar normalmente y es sumamente recomendado hacerlo desde y hacia los EEUU. Asimismo siempre conviene consultar a un profesional si una moneda es “graduable”. Con ese término solemos referirnos a si obtendrá un valor numérico aceptable o será etiquetada como DETAILS.

Los profesionales que conformamos Río de la Plata, certificamos con asiduidad y ofrecemos ese servicio a todos nuestros clientes. Ante cualquier consulta respecto a este tema puede llamarnos o escribirnos.

Demasiados certificados

Uno de los fenómenos actuales que contaminan el mercado de monedas graduadas, fue la proliferación de certificadoras de segundo y tercer orden que gradúan monedas por la mitad del precio y suelen además sobre-graduar notablemente las monedas como política de marketing atractiva. Esto acaba por traer muchos dolores de cabeza a los compradores desinformados que no saben distinguirlas. Solo deben tomarse seriamente los encapsulados de PCGS, NGC, ANACS y en última instancia y un poco más atrás ICG. Cualquier otro ha de ser seriamente desconfiado. Existen incluso casos emblemáticos de usuarios de eBay con enormes volúmenes de venta, que encapsulan sus propias monedas, poniendo MS65 a monedas que con viento a favor alcanzan un XF45. En muchos casos las diferencias son burdas y llegan incluso a no detallar monedas que fueron reparadas o estuvieron en joyería y fueron manipuladas.

El problema de la sobre-graduación

              El mercado norteamericano es tan sofisticado que al día de hoy, la formación de precios ha perdido casi toda subjetividad debido a los encapsulados. Esto genera que por ejemplo, muchos coleccionistas, comerciantes y casas de subasta confíen en sistemas de fijación de precios que se alimentan de forma automatizada de los sitios de web más reconocidos de venta y de las casas de subasta del rubro. En este contexto, uno debería suponer que una moneda de 1 centavo de 1890 en estado AU55 es igual de deseable que las otras 300 que existen en el mercado con esa misma graduación. Pero no ocurre así y aquí es cuando aparece la distorsión. Imaginemos que la pieza mencionada tiene un valor de catálogo de USD 1000. Y un coleccionista que tiene una en estado XF, cuyo valor es de USD 400, la envía para certificar y esta recibe una sobre graduación y le dan AU55. Supongamos que el coleccionista, que sabe que pago por ella menos de la mitad, quiere hacer toma de ganancias y la envía a una subasta. Dado que la moneda no es tan bella, pero dice AU55, en la subasta pagan USD 700. El coleccionista se retira satisfecho con sus 300 lechugones de diferencia, pero a partir de ahora existe un antecedente de que 1 centavo de 1890 AU55 se subastó en 700, por ende se deprecia todo el resto del parque de monedas equivalentes, cuya graduación era correcta. Con el riesgo añadido de que ante la depreciación, muchos de los otros que tengan esa pieza, pierdan interés y decidan lanzarla al mercado, pudiendo generar una segunda depreciación del tipo.

              Como puede verse, estos son temas de mercado complejos que aparecen en un país con 40 años de experiencia y un elevado nivel de volumen y profesionalismo en el trabajo. Una primera solución que apareció para solventar este problema fue una segunda línea de empresas que certificaban certificados. Así de chistoso como suena. No quitaban a la moneda de su capsula original, pero le añadían un sticker holográfico. Algunas empresas que lograron despegar con este servicio fueron CAC y Eagle Eye. Posiblemente se topen con alguna moneda graduada con uno de estas pegatinas en forma ovoidal. En su momento este segundo servicio diferenciaba la pieza en cuestión del resto de las mismas con la misma graduación pero menos atractivas. Finalmente, hace algunos años y dada la incomodidad que se generaba, las grandes certificadoras decidieron hacer una modificación en la escala de 1 a 70 para lograr solucionar este problema en un mismo certificado. Se añadieron elementos de graduación adicionales, como el “+”, cuando una moneda está un poco mejor que el resto pero no llega al siguiente número, como una especia de fraccional y la “★”cuando técnicamente la moneda está en el grado correcto, pero su apariencia visual es superior al resto de su tipo, por ejemplo, por poseer una pátina multicolor o algún atributo que la haga sobresalir. De esta forma, el furor por los stickers parece haber pasado y el mercado se va perfeccionando para ir corrigiendo su funcionamiento.

Sticker CAC aplicado sobre una moneda de NGC
Dollar Morgan con designación de Estrella por la pátina

Certificación cruzada o Crossover

Por último, las certificaciones cruzadas son otra herramienta que quisiéramos compartir. Está claro que el poder de las capsulas en el mercado americano es casi absoluto. Por ende, que sucedería si nosotros, como expertos o simplemente como coleccionistas, no estamos de acuerdo con la graduación que recibió nuestra moneda. Ahí tenemos dos opciones. Si tenemos suficientes argumentos respaldatorios, podemos apelar la certificación ante la misma empresa que nos brindó el servicio, adjuntando una carta y esperando una consideración. En este caso solo se cobran servicios mínimos y no tenemos que pagar otra vez. Pero este camino en general es el más difícil, ya que rara vez han hecho lugar a este tipo de pedidos. Primero porque iría en contra de la calificación de su servicio y segundo porque podrían generar incentivos para un aluvión de apelaciones. En general los pocos casos que se conocen fueron con monedas extremadamente raras donde podría justificarse un margen mayor de criterio. Al ser esta vía prácticamente intransitable, lo que se suele hacer es una certificación cruzada. Es decir, el mismo proceso de apelación, pero la mandamos a la empresa competidora, que en este caso si tiene estímulos para marcar que su competencia se equivocó. Por supuesto que aquí tendremos que pagar doble costo de graduación, uno en cada empresa, pero hay muchos casos en donde la diferencia lo amerita y vale la pena correr el riesgo. Tampoco se puede esperar milagros, está claro que ambas empresas principales, PCGS y NGC cuidan su reputación y ninguna va a ser mucho más generosa que la otra, porque si se corriera ese rumor, podría devaluarse su servicio.

Existen muchos más temas relacionados a este tipo de servicios, trucos y consejos. Quizás en algún momento y si resulta de interés, nos animaremos a adicionar una tercera parte.

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